Yokais, ¿seres malévolos?
Conozcamos un poquito de los yokais, personajes que suelen ser parte de muchas historias japonesas.
Hoy hablemos de los yōkai. Muchos los conocen gracias a los videojuegos, mangas o animes, o incluso a través de la literatura inspirada en estos seres fantasmagóricos.
Antes de sumergirme en este universo, pensaba que los yōkai eran simplemente espíritus malignos. Yo los conocí por el anime Inuyasha, pero son mucho más que eso.
Existen muchos tipos de yōkai con diferentes formas: algunos tienen apariencia humanoide, otros son zoomorfos e incluso hay aquellos que habitan en objetos cotidianos, como los tsukumogami, antiguos utensilios o herramientas que, según la tradición, cobran vida después de cien años de existencia.
El registro de estos seres puede encontrarse en las famosas pinturas ukiyo-e y en la literatura. Un ejemplo es el trabajo de Lafcadio Hearn, un escritor griego que vivió gran parte de su vida en Japón y se dedicó a transcribir el folclore local, en gran parte gracias a su esposa japonesa. Gracias a sus registros, hoy podemos conocer con más detalle las leyendas del antiguo Japón.
Pero, ¿qué son los yokais?
Los yōkai son espectros pertenecientes al folclore japonés. Su personalidad puede variar: algunos son amigables, otros traviesos y algunos, abiertamente malvados, dependiendo del tipo de yōkai. Pueden adoptar diversas formas, pero no deben confundirse con los fantasmas de personas fallecidas, ya que estos pertenecen a otra categoría.
Una de las teorías sobre el origen de los yōkai se remonta al Japón del siglo VIII. En esa época, para explicar fenómenos naturales, se les daba forma a través de fuerzas sobrenaturales. Sin embargo, con el paso del tiempo y la evolución de la sociedad, especialmente durante la era Edo, los yōkai adquirieron mayor popularidad. Se convirtieron en protagonistas de pinturas, cuentos e incluso los primeros cómics (kibyōshi y kawakibōshi). Además, los relatos de fantasmas tomaron un nuevo auge.
No obstante, esta popularidad comenzó a decaer con la Restauración Meiji (1866-1869), pues se consideraban parte de un pasado vergonzoso. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, el artista Shigeru Mizuki rescató el interés por estos seres con su manga GeGeGe no Kitarō, lo que provocó un resurgimiento de su popularidad, una influencia que sigue vigente en pleno siglo XXI.
Un dato interesante que olvidé mencionar es que los yōkai forman parte de la religión sintoísta y también tienen cierta influencia de la tradición china.
A pesar de que existe una lista interminable de estos seres, algunos destacan por ser los más conocidos y comentados. Entre ellos están los kappa, tanuki, tengu y yuki-onna, pero podría seguir mencionando muchos más. Por ello, en esta ocasión, he decidido elegir cuatro yōkai que me llaman especialmente la atención:
GASHADOKURO
Estos yōkai representan a las almas de personas que fallecieron con rencor o que no recibieron una sepultura digna tras morir en el campo de batalla. De su trágico destino nace este yōkai: un esqueleto colosal que emerge a las 2:00 a. m. en busca de víctimas para atacarlas y devorarlas, mientras emite un escalofriante sonido de chasquidos con sus dientes.
Ahora, imaginen esto: un ser de 10 metros de altura aparece en la oscuridad de la noche a las 2:00 a. m. O piensen en el siguiente escenario: regresan a casa en plena madrugada, la calle está sumida en un silencio absoluto, apenas iluminada por unos cuantos postes de luz, y, de pronto, en la distancia, escuchan el sonido de dientes chasqueando… cada vez más cerca.
KASA - OBAKE
También conocido como Karakasa-obake, este yōkai tiene la forma de un paraguas chino/japonés (wagasa). Se dice que surge cuando un wagasa cumple más de 100 años, adquiriendo una apariencia espeluznante, aunque su personalidad suele ser traviesa o molesta.
Una de sus tácticas favoritas para incomodar a las personas es lamer a quienes se cruzan en su camino.
Solo imaginar la sensación de una lengua fría recorriendo tu piel es suficiente para ponerte los nervios de punta.
Umi-bozu
Este yōkai marino aterroriza a los navegantes que intentan interactuar con él. Según el folclore japonés, los Umi-bōzu son los espíritus de monjes que murieron ahogados, razón por la cual tienen la apariencia de una enorme cabeza rapada emergiendo del mar.
Cuando aparece frente a sus víctimas, el Umi-bōzu les exige un barril. Su propósito es llenarlo de agua para luego hundir el barco y ahogar a los tripulantes. Por ello, las leyendas advierten que la única manera de engañarlo y salvarse es entregándole un barril sin fondo.
KITSUNE
Kitsune es un zorro de nueve colas que puede adoptar diferentes formas. Es uno de mis yōkai favoritos y, sin duda, uno de los más representativos del folclore japonés. Además de ser un protector divino, es el mensajero de la diosa del arroz, Inari.
Estos yōkai aparecen con frecuencia en videojuegos, mangas y animes. Además, no se puede olvidar que los zorros tienen un papel fundamental en la religión sintoísta, donde son venerados como deidades de gran importancia.
¿Y ustedes, conocian acerca de los yokais? ¿Les gustaria que comparta cada cierto tiempo alguna leyenda japonesa ?
Omedetō! Buena crónica.
Consulta: si bien al zorro yokai se le llama Kitsune ¿cómo se le dice al zorro ordinario?